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Carlos Hipólito Premio Valle-Inclán de Teatro por 'El Crédito'

Cuatro nominaciones en ocho años del Premio Valle-Inclán de Teatro de El Cultural. En el 2010 por Glengarry Glen Ross, en el 2011 por Todos eran mis hijos, en el 2013 por Follies y en el 2014 por El crédito.

 

 

Los Premios Valle-Inclán de Teatro tienen ocho años de vida y se han convertido en poco tiempo en el más prestigioso de la escena española. Desde que Juan Echanove lo ganara en su primera edición, nombres de la talla de Angélica Lidell, Juan Mayorga, Nuria Espert, Francisco Nieva, Carmen Machi y Miguel del Arco han logrado alzarse con la escultura de Víctor Ochoa de Mari-Gaila que se ha convertido en el símbolo material del premio.

 

El premio que concede 'El Cultural' de El Mundo está patrocinado por la Fundación Coca-Cola y es el mejor dotado de la escena española (50.000 euros)

 

Carlos Hipólito obtuvo este galardón gracias a su interpretación en El crédito, de Jordi Galcerán, quien también optaba al premio.

 

Hipólito tuvo palabras de agradecimientos para todos. Quiso compartirlo con Luis Merlo, al que le atribuyó al menos, la mitad de su éxito. Se deshizo en elogios para el autor de la obra, Jordi Galcerán, al que califica de "un genio que dialoga como pocos, un verdadero maestro del humor inteligente y un mago de la arquitectura teatral”. Mostró su admiración ante Gerardo Vera, al que considera "un gran director de actores y un grandisimo escenógrafo". También tuvo palabras para Pedro Larrañaga "un productor modelo, alguien capaz de hacer realidad un teatro que funde calidad y comercialidad".

 

Así mismo, el actor madrileño, que compartía mesa con buena parte del equipo de 'El crédito', expresó su alegría por estar acompañado de todos ellos. "Ha sido precioso que la mayoria del equipo de El crédito hayamos estado presentes. Yo tengo una espinita clavada con mi querido Luis Merlo que no haya estado nominado entre los actores porque su interpretación es fabulosa y debería estar también aquí. Pero bueno, no cabemos todos y hemos estado una buena representación de 'El crédito' y eso nos ha dado una gran alegría a todos."

 

 

"El jurado estuvo presidido por la actriz Nuria Espert, que fue la encargada de leer el fallo. Además, la acompañaban Luis María Anson; la actriz Carmen Machi; el autor Juan Mayorga; el actor Juan Echanove; el jurista y dramaturgo Antonio Garrigues Walker; los periodistas Pedro García-Cuartango y Manuel Llorente; el crítico teatral Javier Villán; el presidente de Coca-Cola España, Marcos de Quinto; el subdirector de programación cultural de la Comunidad de Madrid, Ruperto Merino; el abogado y periodista José María García-Luján; la periodista de RNE, Paloma Zuriaga; el productor de teatro Mariano Torralba; la periodista colaboradora de El Cultural y editora Liz Perales; el crítico y poeta José María Siles y el profesor Eduardo Pérez Rasilla.

 

  • LAS 4 RAZONES DEL GALARDÓN

    1. De la comedia a la tragedia. Una de las principales aportaciones de Hipólito a la versión madrileña de El crédito es ser capaz de dotar al personaje que encarna -un equilibrado y responsable director de sucursal bancaria- de matices trágicos. De hecho, hay un pasaje de la obra en el que este actor de raza llega a las lágrimas en un contexto de desternillante comedia. No es fácil conseguir un milagro así.

    2. Exhibición de recursos. En El crédito asistimos a varias escenas memorables en las que Hipólito logra dar el máximo de sus posibilidades escénicas. Hay dos momentos antológicos: cuando interpela a su antagonista (Luis Merlo) para negarle el crédito (un recitado apoteósico en el que además de tablas hay que tener buenos pulmones) o la llamada telefónica a su mujer (punto de inflexión de la obra en la que consolida un diálogo/monólogo prodigioso) muestran a un actor que desintegra su cénit interpretativo.

    3. Pausas. Hay en la obra dirigida por Gerardo Vera silencios narrativos que si no fuera por las dotes de un actor como Hipólito sería imposible que alcanzaran la efectividad de El crédito. Son vitales esas pausas, imprescindibles para lograr que el público entre de lleno y se entregue sin condiciones a la historia de Jordi Galcerán.

    4. Solidez y naturalidad. Existen pocos actores que puedan moverse por el escenario con la solidez de Hipólito. Es el sueño de cualquier director, una garantía de que exprimirá su personaje más allá del propio texto.

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