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Trascender

Luis Merlo y Emma Suárez durante la representación de Deseo

Miguel Castro.  Madrid.  RTVE  (10.Mar.2013)


Todavía con  el tema I’m so excited, de Los amantes pasajeros, repiqueteando en mi cabeza, tras muchas horas en la sala de montaje, salí el jueves de Torrespaña hacia el teatro. En el programa de mano de Deseo, Miguel del Arco escribe:

"Dijo Montaigne que nuestro deseo es indeciso e incierto; nada sabe poseer y nada sabe gozar rectamente. Aunque también sabemos que sin dejar vía libre a esa fuerza motriz, el ser humano jamás habría progresado. Luchamos permanentemente entre la necesidad de trascender y la constancia de que nuestra vida no es más que un secreto fisiológico. Esa lucha básica puede convertirse en primitiva… "

Y estas palabras se dibujan en el escenario a través de las conversaciones de un matrimonio aletargado formado por Emma Suárez y Gonzalo de Castro, que parece querer que recordemos un fabuloso diálogo entre Nicole Kidman y Tom Cruise en Eyes wide shut. Ese que nos habla de que el daño que puede hacer nuestra imaginación sobre las relaciones personales puede ser muchísimo mayor que el que provoca la realidad de los actos. Pero la obra no va por ahí, es la realidad la que desgarra sin dejar espacio a que la imaginación la calme. El acomodado matrimonio recibirá la visita de dos inquietísimos amigos, Belén López y Luis Merlo que contribuirán muy conscientemente a destapar la gran farsa sobre la que la pareja ha construido su vida. Es difícil que el teatro sea hipnótico, Miguel del Arco lo consigue a través de una poderosa y fantástica escenografía que nos hace viajar al atormentado interior de los personajes.

Fuente

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