Alejandro Reche Selas - 23 de mayo de 2014 - CRÍTICA TEATRAL: EL CRÉDITO -
Luis Merlo y Carlos Hipólito se llevaron anoche una merecidísima gran ovación del público que asistió a la primera representación de El Crédito en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde permanecerá en cartel hasta este domingo. Se nota que son dos actores queridos por la gente, entre los que me incluyo sin dudarlo, y eso es gracias al saber hacer que demuestran encima de un escenario.
En la nueva obra de Jordi Galcerán la situación que sucede a la denegación de un crédito sorprende al personaje interpretado por Hipólito y al patio de butacas y el transcurso de la obra no hace sino provocar risas y más risas durante la hora y media que dura la función. Galcerán vuelve a acertar alargando con maestría una situación que en circunstancias normales acabaría muy pronto. El autor de la celebrada El método Grönholm, que pude disfrutar con Eleazar Ortiz, Jorge Bosch, Jorge Roelas y María Pujalte en el 2007, mueve los mimbres necesarios para que la situación que plantea y desarrolla no decaiga en ritmo ni interés.
De esto último tienen gran parte de responsabilidad las excelentes interpretaciones de Luis Merlo y Carlos Hipólito. Merlo despliega sus enormes dotes para la comedia, demostrado también en la televisión. La naturalidad con que plantea una particular opción al no obtener inicialmente el crédito que solicita atrapa al espectador y los recursos interpretativos que despliega en esta obra son una muestra más de lo bien que se lo pasa en un escenario. Descendiente de una gran saga de intérpretes sigue haciendo honor a sus apellidos y a sus mayores. Aunque por edad no vi Calígula sí lo he podido ver en tres ocasiones anteriores a ésta: Te quiero, muñeca de Ernerto Caballero junto a Maribel Verdú, El águila y la niebla de Ibánez Serrador en el Teatro Español y en Arte de Yasmina Reza junto a Alex O'Dogherty e Iñaki Miramón. Precisamente es arte lo que Merlo hace en el escenario.
Por su parte Carlos Hipólito no se queda atrás y su interpretación de Gregorio está llena de matices que, gracias a su talento interpretativo, hacen que exprese un abanico de emociones: sorpresa, incredulidad, derrumbe emocional etc. Particularmente considero que las conversaciones telefónicas son para enmarcarlas porque están interpretadas con tal grado de credibilidad que el espectador es capaz de imaginarse a la otra persona al otro lado de la línea. Al igual que a Merlo, lo he visto anteriormente en el escenario y fueron dos experiencias inolvidables: Glengarry Glen Rose de David Mamet y el poderoso drama Todos eran mis hijos de Arthur Miller. El Crédito es una muestra más de su enorme talento interpretativo.
La obra está dirigida con excelentes resultados por Gerardo Vera quien, con los años, está dirigiendo con gran calidad obras tan variadas como La Loba de Lillian Hellman, Agosto de Tracy Letts, Un enemigo del pueblo de Ibsen, Por amor al arte de Neil LaBute, El cojo de Inishmaan de Martin McDonagh o la obra que nos ocupa, un disfrute auspiciado gracias al buen ojo del productor Pedro Larrañaga que deleita al público de principio a fin y se agradece, por todo ello y redundando termino esta crítica diciendo GRACIAS.
Alejandro Reche Selas