La exitosa comedia de Jordi Galcerán regresa a Madrid en su tercera temporada
1.- Porque es de Jordi Galcerán. Hace varias décadas un chiste rezaba que en Madrid se podía elegir entre ir a ver una obra de Paso, otra de Paso u otra de Paso. Tal era la popularidad del autor de Las que tienen que servir. Actualmente, se podría decir lo mismo de este dramaturgo catalán que, desde el bombazo de El método Gronhölm, se ha convertido en uno de los predilectos del público. Su afilado sentido del humor, con unos diálogos perfectos como la maquinaria de un reloj suizo, son ya marca de la casa y en El crédito llega a una de sus cotas más altas. Palabras mayores.
2.- Por sus actores. Un buen libreto sirve de poco sin unos actores que sepan darle el ritmo y el tono que requiere. Aquí el texto de Galcerán cuenta con dos superdotados: Carlos Hipólito y Luis Merlo. La sabia batuta de Gerardo Vera ha sabido llevar a ambos a un estado de gracia, en el que se nota cómo juegan y disfrutan lanzándose las réplicas y contrarréplicas. Su duelo de alto voltaje es uno de los que se recordarán durante mucho tiempo. De hecho, Hipólito se hizo con el premio Valle-Inclán, el más cotizado de nuestra escena, por su interpretación en este montaje (sus cabreos en la función están a la altura de míticos mosqueos de Saza en La escopeta nacional o los de Fernán Gómez).
3.- Por su desconcertante trama. A Galcerán le gusta partir de situacioes cotidianas para darles la vuelta como a un calcetín y llevarlas a extremos absurdos y delirantes. En este caso, se trata de pedir un crédito al banco, algo que gran parte del público habrá hecho. Sin embargo, el argumento avanza por unos derroteros mucho más divertidos que los que puedan ocurrir en cualquier sucursal bancaria.
4.- Por sus críticas. Más allá del premio Valle-Inclán a Hipólito (Galcerán también fue candidato), la función ha obtenido el aplauso unánime de la crítica española. Javier Villán, por ejemplo, elogió la frescura y originalidad de un texto "endiabladamente rápido y divertido que no da tregua al espectador".
5.- Porque es un éxito probado. Si no le convence todo lo que ha leído, debe saber que ésta es la tercera temporada en Madrid. Aguantar tanto en la competitiva cartelera agotando localidades demuestra la conexión que ha logrado con el público. En Barcelona, donde lo dirigió Sergi Belbel, la función también fue un éxito de crítica y público. Además, se ha representado en otros países, como Argentina, donde el maestro Veronese cosechó otro triunfo en la cartelera bonaerense.